Espacio ENSŌ presenta

Marcelo Cofone

Bio

Buenos Aires 1959.
La obra de Marcelo Cofone se desarrolla desde comienzo de 1986, año en que egresa de la Escuela Nacional de Bellas Artes ¨Prilidiano Pueyrredón¨en Buenos Aires, Argentina. Son los primeros trabajos fuera del ámbito y curricula académica que lo vinculan a sus personales y expresivas representaciones. Así fueron los inicios en la actividad plástica de la mano de una marcada destreza en el dibujo y un trazo cargado de color, que lo llevaron a cruzar el espejo, como le dijo Pepe Rey, docente de pintura del 3er año, que vió algo distinto en sus trabajos (1985).


Su obra se encuentra con sus ambiciones luego de un viaje de 6 meses a Nueva York en 1990. Trabaja en una editorial para sustentar sus gastos y descubre la grandeza de la pintura universal, las obras de los maestros que solo conocía por desteñidas láminas impresas. Ahí se enfrentó a Rembrandt, Picasso, Velázquez, Bacon y Van Gogh. Fue un golpe de energía y un deseo profundo de respirar en ese mundo. Décadas después Cofone diría que en ese viaje sucedió lo que nunca pensó que podía pasar. Llegaba a Nueva York, trabajó ahí y realizó su primera exposición con obras llevadas en un rollo desde Buenos Aires. Mientras tanto se realiza su primera exposición individual en la Fundación del Banco de Boston sin su presencia en Buenos Aires.

A su regreso realiza en el Centro Cultural Recoleta la muestra¨Encuentros o la mirada latente, donde incluye espejos al lado de cada obra en una clara alusión a la inclusión del espectador en la obra, esa mirada cerraba la obra literalmente.
En 1992 deciden con su mujer Laura, recién casados, radicarse en Nueva York. Había quedado atrás su última exposición en la terraza de su taller donde los visitantes adquirieron la totalidad de su obra reciente, 16 obras de gran formato.
Ya en NY y a pocos meses de su estadía recibe la invitación para una exposición de arte internacional en The State of Art Gallery en Ithaca y es premiado por el jurado. Este empujón anímico y de aprobación a su obra lo sumerje en una labor diaria.
Se suceden muestras colectivas e individuales participando de ART New York, The Tribeca art , JAvit Conention Center, The Julia Burgos Art Center, con el colectivo Puerta 10 de artistas extranjeros se presentan en varios museos y centros culturales.
Su estudio en Manhattan es el espacio donde se realizan sus primeros Open Studios en el año 1995 con su obra perfomática conviviendo con instalaciones y video arte. Piezas experimentales recorribles e interactivas. The 6 line es la obra más importante con la que cierra su estadía en New York, realizada junto a varios artistas internacionales.
En sus años de Nueva York nacen su hija Catalina (1995) y su hijo Galileo (1999).

De regreso en Buenos Aires su actividad deja atrás las jornadas diarias de trabajo en su taller y solo realiza pocas obras en los años siguientes. Serie de collage con objetos en desuso y reciclaje de ropa y juguetes conviven en ese período. Había un final y un comienzo que necesitaban un proceso íntimo de reconstrucción de un artista que volvía a su país, otro país.


Con el nacimiento de su hija Miranda (2006), toma la decisión junto a su mujer de radicarse en Barcelona. El cambio de aire era necesario para la familia. Así en el 2008 se instalan en el barrio de Sarriá donde tiene su estudio galería formando parte de los talleres abiertos Carrer dels Artistes con los que realiza varias exposiciones. Es invitado a mostrar su obra en varias galerías y en sus viajes por diversas ciudades de Europa inicia su obra perfomática “El cielo aún está lejos¨, donde se recuesta boca arriba en lugares históricos, frente a edificios emblemáticos y espacios públicos diversos. Esa serie aún la sigue desarrollando.

En el 2010 regresa con toda su familia a Buenos Aires. Con 51 años su obra seguía en pleno cambio. Lejos de acomodarse a un trabajo rutinario, retoma el dibujo con lo mejor que su destreza pueda darle para seguir escribiendo ¨Diario de viajes de un cazador¨, iniciado en Nueva York en 1995.


En los años siguientes recibe invitaciones para participar en la Bienal de Busan, Corea, Consulado Argentino en Nueva York, a la Trienal de Arte Latinoamericano en Nueva York como comisario, Recibe la beca como artista internacional en residencia en la ciudad de Nueva York, expone en JVS art gallery quien lo representa. Realiza tareas de gestión cultural y brinda clases particulares y en la UBA. Actualmente vive y trabaja en Buenos Aires.

Encuentro

La obra del artista visual argentino Marcelo Cofone se alimenta de una lógica propia, de una sostenida anarquía estética en la que el artista se apropia de situaciones cotidianas y las incorpora a su serie de íntimos ¨Diarios de viaje de un cazador¨, 1995-actual. El artista asume su actividad artística no solamente partiendo de una reflexión, sino de su capacidad espontánea en el instante mismo de la mancha, del gesto, del trazo de las primeras líneas sobre el soporte disponible.


Marcelo Cofone propone un mapeo contemporáneo de la existencia. La especie humana en repentinos espacios de contemplación y de incierta dicha constituye un tema recurrente, reflejando diversos estados de soledad o de encuentros desafortunados. Escenas superpuestas y, a veces, sorprendentemente acumuladas asoman y dejan huella en espacios frondosos o desvastados. Mientras ciertos tambaleos parecen desafiar las leyes de la gravedad, otros espacios hacen lo suyo con el tiempo. La obra delata los intersticios imperceptibles del relato histórico del status-quo, mediante la presencia de andantes refugiados, viajantes melancólicos y entes buscando su identidad.

Las maniobras pictóricas tan solo pretenden incomodar, provocar incertezas, interpelar argumentaciones atadas a endebles justificaciones. Elementos pictóricos, aparentemente incongruentes entre sí, logran generar inquietudes y diálogos incluso entre las diferentes obras, mostrando el lado menos claro de la existencia contemporánea en múltiples zonas del mundo.


Las obras de Marcelo Cofone están conformadas por un recorrido de escenas atemporales, inestables, de poética gestual y enfrentamiento al entorno. Nos propone una lectura actual de fascinantes movimientos expresionistas, una composición neoexistencialista con un dibujo de notable admiración a los clásicos y una paleta sin límites. Sus obras: pinturas, dibujos, instalaciones, performance e intervenciones, conforman una nueva existencia que, al mismo tiempo, nos desafía y nos conmueve, nos interpela y nos hipnotiza. Todo ello ocurre ante la imposibilidad de soslayar las vastas capas de la oscuridad subyacente, las etéreas sombras diluidas bajo sus trazos andantes.

PhD Laura Polack (UBA - The New School - UAB)

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